Blog destinada a denunciar todo cuanto atente contra la ecología y salud ambiental de Guayana

martes, 11 de diciembre de 2018

UNEG REPUDIA VIOLENCIA CONTRA EL PUEBLO PEMON DE CANAIMA




Centro de Investigaciones Antropológicas de Guayana A la Opinión Pública El Centro de Investigaciones Antropológicas de Guayana expresa su repudio por los hechos de violencia en contra del Pueblo Pemón acaecidos el día sábado 8 de Diciembre del presente año en la Gran Sabana y particularmente en la comunidad indígena de Canaima. Hemos visto con estupor como desde un helicóptero, aparentemente de un organismo gubernamental, se arremete contra personas indefensas. El saldo de dos heridos y un fallecido como resultado enluta a la comunidad y al país entero. En este Centro estamos comprometidos con la sostenibilidad ambiental, el respeto a los derechos humanos y la integridad territorial por lo que es inadmisible que persona alguna de organismos públicos o privados cometa este tipo de atropellos. Expresamos nuestras condolencias al Pueblo Pemón y hacemos un llamado a esclarecer el incidente ocurrido, y a pesar de que la pérdida de una vida es algo irreparable, al menos hacer justicia en el marco del respeto a la Constitución y las Leyes; así como a resguardar el territorio e impedir que este tipo de violaciones a los derechos humanos siga ocurriendo. Ciudad Bolívar, 10 de Diciembre de 2018.- Dra. Nalua Rosa Silva Monterrey Coordinadora del CIAG U

COMUNICADO DEL PUEBLO PEMÓN

PUEBLO PEMON DE CANAIMA RESPONSABILIZA AL ESTADO VENEZOLANO POR MUERTE DE INDÍGENA

Comunicado Oficial a la opinión pública nacional e internacional* 

Nosotros y Nosotras, Autoridades Indígenas Generales y Comunales organizados en Consejo de Caciques Generales del Pueblo Pemon y en sesión extraordinaria de la Comisión Seguridad y Defensa para evaluar y analizar los hechos lamentables con un saldo de 2 heridos y 1 fallecido de hermanos indígenas en la Comunidad Indígena de Canaima a manos de Grupos armados, paramilitares y/o Sindicatos hemos tomado las siguientes decisiones como voz y voto de protesta: 

1. Declarar al Municipio Gran Sabana de luto por 7 días por el fallecimiento de Charlie Peñaloza Rivas; solicitar el esclarecimiento de su deceso ya que fue movido de una clínica privada por parte de funcionarios de la FANB al hospital donde quedo sin signos vitales. 

2. Suspender las Elecciones a Consejos Municipales en toda la Gran Sabana y exigir al Consejo Nacional Electoral la reprogramación de los comicios en el Municipio Gran Sabana. 

3. Convocar un paro general  indefinida en todas las Comunidades Indígenas de la Gran Sabana tomando las vías de acceso más importantes al Municipio sean estas carreteras, puertos y aeropuertos.


4. Responsabilizar al Estado venezolano por la pérdida física del Compañero Charlie Peñaloza Rivas; como resultado de una incursión armada no controlada por los órganos de seguridad o por la complicidad de los mismos.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Situación de salud de los pueblos indígenas en Venezuela

Fwd: Comunicado del OEP sobre la grave situación de salud de los pueblos indígenas en Venezuela
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Nalua Silva

para bcc: yo





Comunicado del OEP sobre la grave si

PUBLICADO EL 31/07/2018

Comunicado del Observatorio de Ecología Política de Venezuela

Ante la dramática situación de salud de los pueblos indígenas en Venezuela


Los pueblos indígenas de Venezuela han sido históricamente uno de los sectores de la sociedad más marginados y desatendidos por el Estado y con una de las situaciones de salud más precarias de todo el país. En medio de la crisis multidimensional que vivimos en la actualidad, destaca en grado superlativo el acelerado deterioro de la salud pública entre los pueblos y comunidades originarias en distintas regiones y zonas de la geografía nacional, así como la casi inexistencia de respuestas institucionales eficaces por parte de las instituciones competentes.
La población indígena es la que suele tener mayores riesgos de contraer numerosas enfermedades como el sarampión o la difteria (prevenibles con vacunas); tienen mayores probabilidades de morir por estas y otros males como la desnutrición, la tuberculosis, la anemia, las parasitosis intestinales o complicaciones en los partos; tienen altos índices de mortalidad infantil (en algunos pueblos son muy elevados) y la esperanza de vida al nacer puede ser muy inferior a la media nacional.
En las últimas semanas se ha venido denunciando un brote de malaria con varios fallecidos entre los pumé-yaruro de Apure; una enfermedad desconocida pero letal entre los yukpa y barí en Perijá; sarampión entre los warao y yanomami. De acuerdo con la OPS (2018), 33 de las 44 defunciones  confirmadas por sarampión en Venezuela ocurrieron en comunidades indígenas del estado Delta Amacuro y se encuentran en investigación otras 53 muertes notificadas en comunidades yanomami. Sin embargo, los testimonios in situ señalan que la cantidad de decesos puede ser aún mayor.
Todo esto se suma al señalamiento de ya larga data sobre la presencia masiva de VIH entre los warao de Delta Amacuro; unido a severos brotes de malaria en comunidades indígenas de los estados Bolívar y Amazonas que vienen acaeciendo desde hace unos 2 o 3 años, lo cual ha provocado defunciones en comunidades joti, eñepa y wotjuja. Esta situación se despliega en diferentes grados en gran parte del territorio nacional.
Es también harto conocida la migración forzosa de miles de warao hacia Boavista, estado de Roraima, en la vecina República del Brasil: algo que no cuenta con antecedentes en toda la historia migratoria de nuestro país, aunque reconocemos que la situación anterior no era ni medianamente satisfactoria.
Otro hecho inaceptable es la fuerte militarización de las comunidades indígenas de los estados Bolívar y Amazonas entre otras, acompañada por la prédica de que todos tenemos que ofrendar nuestras vidas en caso de algún conflicto bélico, sin considerar el hecho de que nuestra población indígena no sobrepasa al 3% de la población nacional y que a una parte mayoritaria de ella no le interesa la guerra.
Estamos llegando a un punto límite: tiene que haber una respuesta inmediata y sistémica por parte del Estado, principal responsable de garantizar los derechos a la vida, salud y nutrición de toda la población. La situación descrita representa un peligro extremo para la sobrevivencia de los pueblos indígenas y de sus aportes extraordinarios –todavía poco conocidos– para un gran diálogo pluri e intercultural en pos de la salvación del Planeta.
Lejos de haberse resuelto el problema secular de los pueblos originarios, en estos últimos años se ha dado un retroceso inaceptable e injustificable, fruto de la negligencia absoluta y la falta total de voluntad política para lograr revertir una catástrofe multiétnica, cuya amenaza hace muchísimos años creíamos haber superado. Es en este contexto de progresivo deterioro general de sus condiciones de vida que se produce esta grave situación de salud.
Solicitamos, como medida de corto plazo un plan urgente de atención y vacunación, ya que peligra sensiblemente la vida de numerosos integrantes de estos pueblos y comunidades indígenas.
Exhortamos al Ministerio del Poder Popular para la Salud, el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, la Dirección General de Salud Indígena e Intercultural, la representación de OPS/OMS en Venezuela, la Defensoría del Pueblo y los demás entes gubernamentales responsables en la materia, a dar prioridad a la problemática de salud y alimentación de los pueblos indígenas e implementar con urgencia acciones adecuadas y efectivas.
Por otro lado, es fundamental contrarrestar el auge de la minería ilegal en los territorios de la región Guayana, que está amenazando no sólo sus ecosistemas sino la sobrevivencia de estos pueblos originarios. El acelerado incremento de enfermedades como la malaria está estrechamente vinculado con el crecimiento de este tipo de minería, además de generar violencia sobre las comunidades y desplazamientos forzados.
Por último, exigimos la puesta en marcha de políticas públicas que puedan reivindicar los derechos fundamentales indígenas y fortalecer sus tejidos comunitarios ante la gravedad de la crisis actual. Hasta la fecha, siguen sin completarse satisfactoriamente los procesos de demarcación y titulación de tierras indígenas, tal y como lo establece la constitución.
A las organizaciones sociales, a los académicos y a la opinión pública, invitamos a involucrarse y movilizarse ante esta grave situación en materia de salud. Los pueblos originarios constituyen una parte esencial de nuestra identidad y patrimonio como nación; son los principales defensores de las aguas y la biodiversidad del país; y encarnan modos de vida y saberes de los cuales podríamos aprender para salir de la crisis profunda que vive la sociedad venezolana en la actualidad.
Sólo la defensa de los derechos humanos, de los bienes comunes en la naturaleza y de las territorialidades que habitan los pueblos, detendrá esta catástrofe.
Observatorio de Ecología Política de Venezuela
Esteban Emilio Mosonyi
Aimé Tillet
Emiliano Teran Mantovani
Francisco Javier Velasco
Liliana Buitrago
Edgardo Lander
Juan Manuel Planas

Para adhesiones, escríbanos a ecopoliticavenezuela@gmail.com

sábado, 12 de mayo de 2018

KUEKA la abuela de los Pemón


Una representación de indígenas pemones efectuó este viernes un ritual de sanación junto a la piedra Abuela Kueka como antesala al proceso de repatriación de este patrimonio cultural de Venezuela. La roca está ubicada en el parque Tiergarten en Berlín, Alemania, desde que fue alejada del  territorio nacional en 1998.


Ernesto Villegas,  ministro de Cultura, difundió la información a través de su cuenta en Twitter. Adjunto al mensaje colocó un video que muestra el ritual que dirigieron 12 chamanes del pueblo pemón.
En las fotografías y videos difundidos se observa una representación hecha por mujeres y hombres,  con su vestimenta tradicional, ofreciendo a la “Abuela Kueka” sahumerios, flores y frutas.
La piedra fue extraída en 1998 del Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar, durante el gobierno del ex presidente Rafael Caldera y donada por el entonces ministro de ambiente, Héctor Hernández Mujica, al escultor alemán Wolfgang Kraker von Schwarzenfeld, para formar parte de la exposición Global Stone.
Esta roca de jaspe, que pesa alrededor 30 toneladas y representa a una persona convertida en piedra, es un símbolo sagrado para el pueblo Pemón de la Gran Sabana y fue reconocida en 1994 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
En el 2000, el Instituto del Patrimonio Cultural empezó a gestionar a través del Ministerio para Relaciones Exteriores los trámites de su regreso y, desde 2010, el gobierno nacional ha solicitado a Alemania la devolución de la piedra a Venezuela.
Durante el mes de abril del año actual, una delegación venezolana encabezada por el ministro Villegas participó en una reunión de la Unesco en París, Francia, en la que solicitó al organismo intermediar para el retorno del monumento a la Gran Sabana.

martes, 10 de abril de 2018

Reactivan navegación en el eje fluvial Orinoco-Apure


El gobernador del estado Apure, Ramón Alonso Carrizales restituyó este viernes el paso por eje fluvial del Orinoco, ubicado en esa entidad federal, uno de los primeros a nivel mundial en puentes elevados.
"Este hecho histórico permitirá reabrir la navegación de alto calado por el río Apure y la reactivación del Eje Orinoco- Apure, luego de más de medio siglo de cierre".
"Tendremos una autosuficiencia en nuestras operaciones petroleras. Nos permitirá ahorrar una tremenda cantidad de dinero y tiempo", explicó más adelante el ministro de Petróleo y Minería, Eulogio del Pino.
Asimismo, comunicó que fue hecho con mano de obra venezolana y se tiene previsto el plan de 100 megavatios, de los cual "estamos capacitando 60".

Proyectos en función del Eje Orinoco-Apure


A fines de octubre de 1982, investigadores se preguntaban si el  Ministerio del Ambiente y Recursos Renovables habían hecho estudios ecológicos previos con relación al anunciado proyecto “Eje de Navegabilidad Apure-Orinoco”.
         Este proyecto estimado entonces en 40 mil millones de bolívares buscaba hacer navegable estos dos grandes ríos y utilizarlo como fuente de energía.
         En el Orinoco se construirían tres presas para asegurar que durante todo el año se permita la navegación casi hasta San Fernando de Apure. Los organismos encargados de llevar a cabo el proyecto, estos son, el Marnr, Mindur, y Petróleos de Venezuela, lo implementaban conjuntamente con los planes de industrialización de la Faja Petrolífera del Orinoco. En 1982 se hallaban en la etapa de planificación a fin de arrancar el año siguiente.
         Pero, ¿Cuál sería el impacto de esa gigantesca obra desde el punto de vista ecológico y social? ¿Se hacían acaso estudios ecológicos previos para prevenir repercusiones negativas a posterior? Se preguntaba el biólogo de la CVG Daniel Novoa y los profesores de la UDO J. N. Perfetti y Eduardo Jahn (los tres en la foto).
         Daniel Novoa, jefe del Departamento Pesquero de la CVG, envió una comunicación al ingeniero Germán Uzcátegui, viceministro del Marnr, sobre el asunto, recordándole que proyectos como el que se anunciaba para el Orinoco y Apure, se ejecutaron en los ríos Nilo, Nigel Zambesí, Nope, Kainji, Alambra y otros con incalculables daños al sistema ecológico.
         Sería bueno tomar en cuenta esa experiencia par que a largo plazo no tengamos que lamentarnos, nos comentó Novoa.
         Desde la Urbana hasta Barrancas del Orinoco, cinco mil hombres cabeza de familias, viven de la pesca artesanal.   Represar el río regularizaría su causal eliminando el ciclo anual inundación estiaje y cortando el proceso de fertilización de las zonas aledañas al mismo tiempo. La pesca desaparecería en forma tal ya que la mayoría de los peces efectúan largas migraciones, río arriba, hacia las áreas de desove durante el “pico” de inundación cuando hay más espacio y alimentos para las crías. Las represas serían un obstáculo infranqueable. La agricultura del estiaje también desaparecería y con ello su gran potencial, al igual que la inundación de las lagunas marginales, asiento de la producción pesquera más grande de todo el sistema Orinoco.

         El director del Centro de Geociencias del Núcleo Bolívar de la UDO, compartía la inquietud del jefe del departamento pesquero de la CVG, pero dejando en claro que el progreso no se puede detener. Si las obras son buenas para la navegabilidad y el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico deben hacerse, pero sobre la base de un estudio integral en el que esté comprendido el aspecto ecológico. Estudiar y ver cómo debe restituírsele al río, en este caso, la pesquería y la agricultura, lo que se alteraría por la modificación del medio. El doctor Eduardo Jahn Montaubán, médico y antropólogo, veia el proyecto “Eje de Navegabilidad Apure-Orinoco” como aparentemente imposible debido a su altísimo costo y a los trastornos que causaría a la ictiofauna y agricultura ribereña. Estaba de acuerdo con el biólogo Novoa en reclamar un foro abierto sobre el tema, pues sería una desgracia que la pesquería y agricultura del Orinoco que ha dado alimentos durante siete mil años a sus pobladores se vaya a acabar a largo plazo por imprevisiones. Coincide con el profesor Perfetti en el sentido de trazar los parámetros que alteren el medio y responder a la pregunta si pueden subsanarse. De no poderse remediar habría que pensar en el dragado para la navegación continua del río y buscar más energía hidroeléctrica en otros ríos como el Caura. 

Un viaje de ensayo por el Eje Orinoco-apure


El 19 de octubre de 1986, la gabarra “Beta Géminis”, amadrinada a un remolcador bajo el mando de capitán Emiro Portella cubrió la ruta de 1.200 kilómetros del llamado Eje Orinoco-Apure en un lapso de cinco días transportando 340 toneladas de carbón coque tachirense para los altos hornos de la Planta Siderúrgica de Matanzas.       
         Por supuesto que no era la primera vez que se hacía esta travesía fluvial de un extremo a otro de Venezuela. Desde la época de la Colonia pasando por las diferentes etapas de la República se solía navegar esta ruta con embarcaciones menores. A falta de carreteras para ir de un lado a otro de nuestra geografía está, la de Apure-Orinoco, era la mejor vía, menos obstáculos, más placentero, un paisaje exuberante y un ambiente natural con dos siglo menos de maltratos.         
         Había entonces un comercio fluvial y de cabotaje muy activo que se vino perdiendo a medida que otros medios de transporte y otras vías de comunicación se hicieron más rápidos y expeditos.
         Ahora que no hay dinero y recurso suficientes para mantener y usar esos medios y vías de progreso, se estaba pensando en rehabilitar o reactivar eso que ahora se ha dado en llamar por asociación la “gran autopista fluvial Apure-Orinoco”. Una autopista que si se limpia y se cultiva podrá devolvernos el comercio y movimiento humano florecientes de otros tiempos.
         Y eso es lo que se proponía su principal gestionador, el nativo Leopoldo Sucre Figarella, ministro de estado y presidente de la CVG, aprovechando la coyuntura del coque occidental que requiere la Planta Siderúrgica. Del Táchira nos enviarían coque, pero de aquí le devolveríamos cemento, cabilla y hasta hierro en bruto para la Planta Siderúrgica que se proyectaba en el Zulia y reactivada la vía Orinoco-Apure a través de empresas fluviales que se formarían, surgirían otros renglones comerciales que se necesitan a lo largo de toda esa dimensión geográfica.
Para ese año se tenían disponi­bles 160 mil toneladas de carbón, fosfato, minerales que serán llevados desde Guas­dualito hasta Puerto Ordáz. Las posibilidades de transportar grandes vo­lúmenes de carga a través del eje fluvial Apure-Orinoco se veían entonces promisorias y dignas de inversiones. Este eje une la zona de Guayana y el Atlántico con el occidente del país, y constituye una alternativa de primer orden para absorber el incremento del transporte que se estaba generando. Su zona de influencia está conformada por la región minero-indus­trial, la agropecuaria del sur y occidente del país. También las áreas agropecuarias e industriales de los llanos centrales, oc­cidentales y la región minero-industrial de Guayana.
El Orinoco y su afluente principal, el Apure, constituían la base de un sistema de transporte capaz de comunicar regiones agrícolas, petroleras y mineras con los complejos industriales existentes en el país, impulsando el comercio exterior por el océano Atlántico.

Para dar inicio a este comercio exterior se elaboró un programa conjunto de pro­moción de exportaciones, en el Táchira y distrito Páez del estado Apure. Se firmó un convenio entre el presidente de la uni­dad de programación especial para el de­sarrollo del suroeste de Venezuela, UPE, y el presidente del Instituto de Comercio Exterior. Dentro de las cláusulas se establecía que el ICE actuaría como organismo coordinador del programa, y ejercería, entre otras atribuciones, la de dictar orientaciones que debían regir el programa de coordinar las acciones necesarias para la puesta en marcha y mejor conducción del programa; capacitar a los funciona­rios, prestar asistencia técnica, orienta­ción e información sobre comercio exte­rior a los usuarios de las regiones en cuan­to los trámites de exportación.