Asevera Rómulo Dommar
AN TOMÓ LA ÚNICA DECISIÓN POSIBLE EN RELACIÓN AL ARCO
MINERO
La propuesta del Ejecutivo Nacional involucra un crimen
ecológico que tardaría generaciones para ser resarcido. La pretensión incluye
la destrucción de ecosistemas sumamente frágiles y áreas de enorme vocación
agropecuaria.
La
propuesta mediante la cual el gobierno nacional pretende la explotación del
pomposamente llamado Arco Minero del Orinoco constituye en si misma una
aberración que ningún país que pretenda decirse moderno y responsable se puede permitir,
declaró el líder ecologista Rómulo Dommar Pasarella. La pretensión de recoger
dólares a través de la venta de los
ingentes recursos minerales que se encuentran en el área comprendido en el
pomposamente llamada Arco Minero es una nueva intentona del Madurismo de buscar
oxigeno que le permita alargar su estadía frente al ejecutivo nacional. La
propuesta del Ejecutivo Nacional involucra un crimen ecológico que tardaría
generaciones para ser resarcido. La pretensión incluye la destrucción de
ecosistemas sumamente frágiles y áreas de enorme vocación agropecuaria. Es por
ello que estoy convencido de que la Asamblea Nacional tomó la única decisión
posible en relación al Arco Minero, la AN estaba obligada a vetar, a
obstaculizar la intentona gubernamental de destrozar un área equivalente al 15
% del territorio nacional con la insana intención de obtener dólares que muy
probablemente tendrían el mismo destino que los dólares de la industria petrolera.
Dommar también apuntó que lo más indignante de esta pretensión del gobierno
nacional es que la zona encerrada en el Arco Minero, en su mayoría, es una zona
de enormes ventajas comparativas y competitivas
en el área agropecuaria, es decir, es una zona que debería servir de
pivote fundamental para la producción de alimentos que tanta falta nos hacen en
estos momentos. La zona contemplada en el decreto incluye a la cuenca del Rio
Paragua, reconocido como “El Granero de Venezuela” por su enorme vocación como
productora de Maíz para consumo humano, la cuenca del Yocoima, icono de la
producción lechera nacional, la cuenca del Caura y el Aro, virtuosas productoras
de raíces y tubérculos, musáceas, Cacao y ganadería de carne, la cuenca del Rio
Caroní, garante de la alimentación hidroeléctrica del 70% del consumo nacional y
la totalidad de los compromisos internacionales que en esta materia tiene el
país. Resulta un contrasentido que, en pleno siglo XXI y bajo la egida de los
sistemas de producción autosustentables, exista un gobierno, el desgobierno
venezolano, que se esté planteando la perpetración de un bestial crimen
ecológico que reviste características de crimen de lesa humanidad.
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